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El MEL fue ubicado en la “Casona de los Pérez”, inmueble que hiciera un afamado carpintero leonés Miguel Pérez Vázquez (1884-1976). Mandada a construir como vivienda familiar, donde además se encontraban talleres de carpintería, herrería, tapizado de muebles y pinturas del mencionado dueño. Huérfano desde temprana edad, progresa notablemente hasta convertirse en un gran profesional cualificado. Hombre culto e interesado por las artes manda realizar el proyecto de su casa al arquitecto Manuel de Cárdenas, en 1925 y se dedica personalmente a dirigir su ejecución y decoración hasta en los mínimos detalles. Las obras durarán hasta 1932, momento en que la familia queda instalada en la vivienda. Don Miguel vive con Purificación Galán, su mujer y sus siete hijos en esta casa cerca de cincuenta años.

La casona inspirada en el estilo señorial español, cuenta con frisos tallados a imagen de la sillería del coro de San Marcos y con medallones neorrenacentistas, sin embargo, otros estilos permearon en la decoración, por ejemplo la sala de música decorada en art decó, o bien la sala de fumar en donde azulejos y papeles pintados de inspiración japonesa fueron utilizados y es posible apreciarlos hasta nuestros días.

A la muerte de Miguel Pérez, en 1976 la carpintería cesa su actividad y se cierra la casa, permaneciendo así hasta 2006, momento en que Construcciones Carriegos comienza una gran tarea de rehabilitación y restauración que convertirá La Casona en la Sede de la Fundación Carriegos. Posteriormente, dicha edificación es adquirida por la Fundación CEPA para albergar las oficinas de la Fundación y establecer el Museo de la Emigración Leonesa.

Producto de la modernidad y con el objetivo de rescatar los aspectos de accesibilidad, así como de conservación, la sede del MEL fue restaurada para albergar un museo de corte interactivo completamente domotizada y con servicios de tecnología como elevadores, luminaria y sistemas digitales.Parte del mobiliario original de la casa fue cedido a la Fundación FUNDOS para su incorporación al Museo Gaudí Casa Botines y el resto se depositó en la vivienda familiar de Vegaquemada.